------------------------------------------o-----------------------------------------------
El otro día mi amiga Ana, en uno de nuestros peculiares grupos de amigas, tuvo a bien recordarnos a todas ponernos algún que otro propósito de esos que se subastan siempre a finales de año. Cada una (más o menos...) explicó alguno. Antes de que yo empezara me advirtió: “Sandra, tú mejor uno que no quieras, que acuérdate de la caja de los deseos”. Sí, ese momento “caja” que sucedió allá por el 2015 y que supuso el inicio de estas notas baratas de repaso de fin de año. Pues bien, supe en ese instante que el momento caja iba a quedar para los anales (porque siempre me lo recordará Ana y porque siempre será un momento que fue como el culo...).
Este año me ha traído algún que otro instante de primeras veces, que son más caras con el tiempo porque la oferta es más y más reducida cada vez... He visitado, disfrutado y adorado mi gran viaje a Japón, mi primer país asiático. Y me ha recordado que viajar te regala vida, porque hace que cada minuto que pase sea más intenso, más puro, más de infancia. Y ahí la vida siempre es eterna, cuando uno es pequeño...
He conseguido algo que era un propósito de los malos (de esos que no dependen 100% de ti, que no os engañen, esos propósitos son malos muy malos y mi caja de deseos bien lo sabe jaja). Me han dado la oportunidad de dar clases en la universidad y la he cazado al vuelo. La he metido en una pecera de cristal y cada día me he dejado la piel por alimentarla y cuidarla como se merece. No tengo ni idea de cómo se siente uno cuando sube a un escenario y descubre a un público entregado por sus canciones, porque la mitad del mío no está precisamente entregado, pero me vale cada uno de los minutos por verles aprender. He tenido algún que otro percance por el tema del idioma pero es que si no fuera así no sé qué historias les contaría a mis compañeros de trabajo en las comidas.
He descubierto que además de más cobarde con el tiempo, a lo que físico se refiere, también tengo menos vergüenza con el tiempo. Si quiero algo lo pido, si creo algo lo digo y si pienso algo lo hago. Es bien. Se vive bien. Solo hay que intentarlo.
He recibido al primito más pequeño (de momento) y mono del mundo y lo he sujetado en un solo brazo (intenté intentarlo con una sola mano, pero a su madre no le pareció buena idea) con un día de vida. La piel le olía a nuevo, como a los coches pero mejor. Los ojos los tenía pegados como si se acabara de echar la siesta de su vida y le estuviéramos molestando. Y lloraba todo el rato... Porque se parece a mi y tiene hambre y sueño constantemente, aunque por lo menos los intercala (yo no). Es increíble el amor que puede despertar algo tan pequeño.
Pero además de todas aquellas cosas que he vivido por primera vez está todo lo que he tenido la fortuna de repetir por milésima vez y que no agradezco lo suficiente.
- Hemos celebrado unos cumples más que épicos de algunas vejestorias que tenemos por amigas, porque esperar a despedida de solteras se nos va a hacer laaaargo laaargo . Nos hemos sometido a un cuasi homicidio por subir a alguna a la banana y luego se ha quedado obsesionada y ve plátanos por todos lados. Somos gente horrible. Pero tengo la fortuna de seguir compartiendo momentos junto a esta gente horrible.
- Un año más nos hemos podido sentar toda la familia a la mesa en los días importantes. Y esto, aunque triste, es así: cada año es un regalo especial para aquellos que están apurando el agua de los hielos de ese refresco que pidieron hace ya tanto tiempo... Y para nosotros, que nos regalan un año más de sus locuras seniles a las que hace ya unos años que prestamos más atención que de costumbre, no vaya a ser que algún día se nos olviden.
- He cumplido mi propósito de sacar de mi vida a los que no aportan nada.
- Y aquí sigo un año más... Con un proyecto casi infinito con una persona con la que tengo la sensación de que siempre es el principio. Y eso después de dos años largos también es para mi algo nuevo.
Y hasta aquí puedo leer de este 2018, en el que dejamos las muchas rimas atrás para meternos de lleno en el año en el que cumplo T R E I N T A.
It’s gonna be legen....
wait for it....
DARY!